Sinlímites: Año 1
Estos días hace un año que me di de alta como autónoma y puse en marcha Sinlímites Comunicación. Doce meses en lo que he aprendido muchas cosas, por ejemplo a saber:
- – El IVA y otros demonios. Después de casi 20 años trabajando por cuenta ajena, he aprendido lo que supone trabajar por cuenta propia, y lidiar con el IVA, las trimestrales y cosas de estas poco edificantes y aburridas contra las que todavía sigo peleando.
- – La tentación vive en casa. Cuando una trabaja sola en casa sin un horario predeterminado ni un jefe alrededor, hay que vencer cada día la tentación de quedarte en pijama, poner la tele, jugar con el ordenador o la tableta…. Así que una misma ha de ponerse horarios y normas, y auto-castigarse sin postre si no los cumple.
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– El cachondeíto de los otros. La segunda parte de trabajar en casa es escuchar los comentarios de familiares y amigos sobre la gran suerte de tener tanto tiempo libre… mientras se está delante del ordenador en soledad trabajando horas y horas cada día.
- – Y van tres. Lo de trabajar en casa tiene otra consecuencia, en este caso de cara a tu cliente: no tiene noción del tiempo que le dedicas porque no te ve. Por eso he aprendido a presentar informes detallados cada mes del trabajo realizado, no vaya a ser que el cliente piense que mi contratación es un gasto inútil.
- – Aprendiz eterna. En este año he aprendido que hoy en día todo va tan deprisa en materia de Comunicación y hay tantos ángulos para tratarla, sobre todo en internet, que nos toca estar aprendiendo todos los días forever.
- – Hay gente buena. Me he encontrado muchas personas con ganas de ayudarme en multitud de instituciones, por citar algunas el Ayuntamiento de Jerez, la Fundación Andalucía Emprende de la Junta, las Cámaras de Comercio de Jerez y Cádiz, el Centro Europeo de Empresas e Innovación… Gracias a cada una de esas personas.
- – Hay mala gente. Por ejemplo aquel competidor que, sin conocerme de nada, se fue a uno de mis clientes a quejarse de que hubieran contratado a una “extranjera” (porque no soy de Jerez). Todos los días le pongo dos velas negras.
- – Nuevos palabros. Networking, coworking, sinergias, resiliencia… ¿mandeeee? O sea, en cristiano, que hay que encontrar puntos de colaboración con otras empresas, porque solos no vamos a ningún sitio.
- – La cosa está muy mal, Mariano. Visito empresas ofreciendo los servicios de Sinlímites y veo que hay muchas que están bajo mínimos al borde del cierre, y que alguno de mis competidores está dispuesto a trabajar por casi nada. A pie de empresa los brotes verdes no se ven por ningún sitio.
- – El ínclito sobrino. España está llena de hijos, sobrinos, primos y amigos que son expertos en comunicación. Al menos eso es lo que deduzco cuando algunos empresarios a los que visito reducen este esencial trabajo a un “ya tengo un hijo/sobrino… que me lleva el Facebook”. Hasta me encontrado algún prejubilado de banca que en su currículum se presenta como experto en Comunicación. En fin.
- – Y 11. He aprendido por último que están de moda los listados con números redondos, así que estoy quedando fatal con este undécimo párrafo. Voy a ver si me pongo el pijama y cierro el ordenador, que el pobre lleva 12 horas encendido.